Por Eduardo Nabal
Mientras siguen los anuncios de coches y colonias con señoritas medio desnudas, mientras las fiestas de las facultades se llenan con camisetas realmente sexistas, el Ayuntamiento de Zaragoza, gobernado por IU y Podemos, en un nuevo dislate de ese discurso de género falseado y/o institucionalizado, censura un calendario de bomberos. El argumento que da no deja muy clara la razón que lo etiqueta: “sexista y patriarcal”. No vamos a pedir grandes sutilezas con los temas de género y sexualidad a nuestros políticos (ni de izquierdas, ni menos aún de derechas), pero censurar un calendario de bomberos es obviar u odiar que el cuerpo de un hombre pueda ser deseable, y no solo por mujeres, sino también para los hombres gays o bisexuales.
Me da que no hay mucha profundidad en su análisis y sí bastante mordaza. Uno puede cuestionar los cánones de belleza dominantes, e incluso no encontrar especialmente atractivo el calendario en cuestión, pero no parece ese el trasfondo del asunto, sino la oleada de neopuritanismo homófobo que viene acompañando al ‘feminismo’ de postal y postín, y a una serie de medidas represivas que son como un bucle sin fin.
Mientras las campañas contra la violencia de género son cada vez más patéticas y se inicia otra campaña de mensajes realmente sexistas y patriarcales contra la prostitución, con frases como “No soy putero”, no sé yo el daño que hacen los bomberos exhibiendo su cuerpo. Sexista y patriarcal son las declaraciones de Arcadi Espada llamando “mariconazo” en los medios a Gabriel Rufián, o algunas campañas contra la violencia de género que también esencializan las categorías hombre y mujer con frases como “De hombre a hombre” o “Si fueras un hombre no pegarías a una mujer”. Obviamente estamos muy lejos de que la mirada deseante femenina o la del colectivo LGTBIQ entre en esos esquemas tan primitivos del Ayuntamiento y sus censores, de que sea tenida en cuenta. Pero si hay que volver a comprar las “revistas gays” de estrangis, apaga y vámonos.
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