Por Eduardo Nabal
La poesía no es un lujo” para Audre Lorde, una de las voces mas encendidas y comprometidas del feminismo negro estadounidense. El unicornio negro es su primer poemario traducido y editado en castellano tras su novela autobiográfica Zami y su libro de ensayos La hermana y la extranjera. Todos estos libros son hijos de su tiempo pero plenamente vigentes en sus alegatos contra el racismo, el sexismo, la violencia, así como con su reivindicación del erotismo lesbiano, la sororidad, la sonoridad y la búsqueda de la autenticidad y la diversidad, más allá de las fronteras simbólicas de un país marcado por las diferencias socioeconómicas y la falta de reconocimiento de lo que se considera ‘otredad’.
Y desde esa ‘otredad’ nos habla y nos recita Lorde más allá de los clichés y en búsqueda del lenguaje y la “casa de la diferencia”. El unicornio negro es todo aquello y aquel que para Lorde no conoce la solidaridad y el amor, ni conoce la empatía, que se rige por los parámetros del capitalismo y el racismo sexista del lugar donde habita, ese monstruo impreciso que aparece en las genealogías y los testamentos de muchas generaciones marcadas por la ira y la codicia.
El amor, la sexualidad y el erotismo entre mujeres es una de las grandes claves del libro en el lenguaje sensual, tórrido y sin tapujos de Lorde, que nunca pierde una mezcla de soltura y comedido barroquismo, con un claro y arraigado compromiso social que se hace todavía más explícito cuando se centra en episodios concretos de violencia -real y simbólica- contra las mujeres o grupos racializados en EEUU, donde los chicos negros son asesinados por policías blancos que siempre salen impunes de sus crímenes racistas.
También el miedo a la soledad, a los amores que se acaban, a los que comienzan, a la diferencia de existir y expresarse en un entorno sexista y racista, pero hacerlo sin ningún aspaviento victimista, sino con una gran valentía, ironía, calidez y honestidad de mujer, lesbiana, guerrera, poeta y madre.
Audre Lorde se pelea con las formas convencionales en la búsqueda de un lenguaje y propio y común, sabiendo que “las herrramientas del amo nunca desmontarán su casa”, mezclando melancolía y pasión, a sabiendas de que es necesario racializar, feminizar, decolonizar el verbo y desmontar los tópicos sobre el amor romántico.
Ya en su biomitografía Zami, Lorde nos dice “quisiera ser un hombre y una mujer” ,en un aspecto erótico absolutamente revolucionario para el feminismo clásico, al tiempo que añade la negritud para introducir la cuestión de una interseccionalidad de la que hoy hablamos sin miedos. Como reza la contraportada del libro: “Audre Lorde es una de las escritoras esenciales del feminismo afroamericano, implacable en su lucha por los derechos civiles, contra el racismo y la opresión y represión de la mujer”.
Dice la propia Lorde: “Escribo sobre todo para mujeres que no pueden hablar, no puedne verbalizar porque están, estamos, aterrorizadas, pues se nos ha enseñado a respetar el miedo en lugar de respetarnos a nosotras mismas. Se nos ha enseñado a respetar nuestros miedos, pero debemos aprender a respetarnos a nosotras mismas y nuestras necesidades”
RETRATO
Las mujeres fuertes
conocen el sabor
de su propio odio
yo siempre debo estar haciendo nidos en un lugar ventoso
quiero la seguridad de los números oblicuos
que no me incluyen a mí
una mujer hermosa
con momentos feos
secreta y paciente
como los elefantes burlones y pesados
que sirven a la ambición de Aníbal
mientras se balancean de camino a casa.
ELOGIO DE ALVIN FROST
[…]
El día que siguió a tu entierro
Johnny Wade se escurrió de su silla
sobre la alfombra de la cantina estudiantil
y falleció allí en el suelo
entre Psicología Anormal y una taza de café negro
a medio terminar.
Los guardias de la cantina se apresuraron
a sacarlo por la puerta trasera entre clase y clase
y no supimos hasta una semana después
que estaba enfermo siquiera.
Estoy cansada de escribir homenajes a hombres negros
que estaba a punto de conocer
fatigados como higueras
abrumados como un mirto crepe
como un mirto por toda la sustancia negra que se derrama
antes que la tierra pueda acogerla.
Estoy cansada de las muertes santas
de iluminaciones ulcerosas accidentes cerebrales
psicologías de los oprimidos
donde la salud mental es la habilidad
de reprimir
la consciencia de la crueldad del mundo
[…]
El unicornio negro, Audre Lorde
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