Por Eduardo Nabal
Una antología, reza el subtítulo de esta compilación de algunos de los mejores poemas de esa guerrera, poeta, madre, negra, lesbiana que entendió la interseccionalidad de las opresiones como espacios de posibilidad mas sallá de cualquier suerte de victimismo. Así, los poemas incluidos en Entre nosotras destilan vida, sensualidad entre mujeres, antiracismo, una guerra privada y pública contra la discriminación de las mujeres por su condición, su raza o cualquier otro motivo.
¿Qué queremos las unas de las otras tras contarnos nuestras historias? Se pregunta Lorde en uno de sus poemas. “Musgo sobre nuestras cicatrices, la poderosa y serena hermana que hará desparecer el dolor.
La publicación de Zami: Una biomitografía, La hermana la extranjera y El unicornio negro nos devuelve a una luchadora sin descanso por los derechos de las mujeres, racializadas, doblemente estigmatizadas en un mundo como los EEUU de los años setenta, con tantos frentes abiertos contra el stablishment y que siempre podemos recuperar por su belleza o su potencia.
Poemas de amor y de rabia extraídos de varios de sus libros para otra joya de la compilación donde la poesía “no es un lujo”, como decía Adrienne Rich. Mujeres que aman a mujeres, mujeres solas, mujeres en guerra, mujeres en el ámbito de lo privado y lo público forman parte de esta recopilación de algunas de las estrofas más intrépidas y evocadoras de Lorde, siempre hermana, siempre extranjera.
La Norteamérica por la que luchó Audre Lorde está en las antípodas de los EEUU de Trump, con su racismo a flor de piel. Al menos ella nos dio las herramientas necesarias para los ejercicios de resistencia y reinvención. Lorde tenía claro que “las herramientas del amo nunca desmontarán su casa” y también que la poesía puede ser un arma de combate y reestructuración de esquemas heredados, para abrir camino no solo al amor entre mujeres, sino a la posibilidad de enfrentarse a un sistema heteropatriarcal, clasista, racista y profundamente anquilosado en sus propias estructuras de neoliberalismo salvaje.
Deja una respuesta