

Por Eduardo Nabal
Es difícil saber por donde empezar al hablar sobre un libro tan intenso como Trans, de Shon Faye, una mujer trans y activista que confiesa que, desde su posición, relativamente acomodada, ha podido dar voz a mucha gente que ha sufrido durante muchos años el estigma y la ignorancia en torno a cuestiones como la diversidad de género o el empoderamiento trans. Faye, que sufrió en sus propias carnes un ataque reciente por parte de un grupo de feministas antitransexuales (también llamadas TERF), nos habla, como a su manera Dean Spade, de un mundo donde el transgenerismo y el capitalismo neoliberal o sus violentos tentáculos heteropatriarcales no pueden ir unidos.
Podríamos empezar a hablar de este cruce entre ensayo académico y crónica sociopolítica con la violenta arenga que Sylvia Rivera (una de las mujeres trans que iniciaron los disturbios de Stonewall) lanzó a un movimiento gay acomodado y camino de la “normalización”: “¿alguna vez os han apaleado, violado (…) después de haber tenido que conseguir mucho dinero para conseguir el cambio de sexo? A mí me han metido en la cárcel”.
El desafío trans, para Faye, va mas allá del asimilacionismo, y de ahí su posición ambivalente ante la decisión cerril de la administración de Donald Trump de expulsar a las trans del ejército de los EEUU. Pero en Trans se abordan también otras cuestiones que están en el candelero, como el rechazo de un sector del movimiento feminista a sus hermanas trans frente al apoyo incondicional de otras en lugares como Irlanda, los estereotipos degradantes, todo ello partiendo de su experiencia a finales de la siniestra era tatcherista, cuando ya se empezaba a hablar de “perversión”, “lobbies” e “ideología de género”.
Faye narra los largos protocolos que, en algunos países, deben pasar los y las jóvenes trans para poder acceder a la hormonación, la esterilización forzosa en lugares como Japón y la dificultad de hacer frente al acoso escolar o laboral dependiendo del estatus socioeconómico de los sujetos afectados. Se posiciona claramente en favor del reconocimiento de los derechos y la salud de las trabajadoras sexuales, todavía víctimas del acoso policial y desafía tanto a un movimiento LGTB que ve en la T un elemento desestabilizador como a algunas corrientes feministas, capitaneadas por gente como Germanie Greer, que han querido ver en los hombres y mujeres trans simples caricaturas de géneros inmutables.
Ampliamente documentado, con algunos ejemplos reales más que esclarecedores como el sucidio de nombres destacados, Trans propone, desde la “práctica queer”, la creación de redes de solidaridad y empatia, comunidades de apoyo alejadas de la tutela del Estado y de los intereses de una clase médica que sigue haciendo sufrir a adolescentes y no tan adolescentes que quieren iniciar su transito más allá de la obsoleta dictadura de los binarismos de género. La autora reconoce que ahora, gracias a herramientas como Internet, hay más información sobre el tema, pero también hace alusión a las formas en las que las personas transexuales, hombres y mujeres, son vistas, estudiadas, analizadas, pero, casi nunca, nunca escuchadas.
Últimas publicaciones
La presunción holgazana. Memoria de un hombre trans en un día histórico
Escribo estas palabras de madrugada, en un aeropuerto de vuelta a la tierra donde mi familia materna me ha visto crecer, donde mi abuela me intentaba poner de pequeño, sin mucho éxito, unas bragas tejidas con todo su cariño. Isa me llamaban porque nací con vagina y de paso con los órganos internos cambiados. A…
Eduardo Nabal y Juan Argelina: «Uno de nuestros propósitos era deconstruir el silencio»
Eduardo Nabal y Juan Argelina nos proponen un «un viaje común, tan apasionante como accidentado, a través de las subculturas que están haciendo desarrollar la herejía queer y repensando la historia de la cultura desde los márgenes que escapan al canon», a través de su última obra conjunta, ‘Voces transgresoras. Una memoria queer de la…
‘Lemebel’, de Joanna Reposi, el biopic ineludible de un guerrillero con tacones
¿Cómo montar el legado de toda una vida en el carro de un proyector de diapositivas? Con esta escena empieza la película documental de la cineasta chilena Joanna Reposi sobre la vida, obra y herencia política del escritor y performer de la misma nacionalidad, Pedro Lemebel, una de esas referencias imprescindibles para entender el activismo…